De Kuleshov y Pretty Woman. Una teoría soviética del montaje aplicada al cine de Hollywood.

El pasado 19 de julio nos despertábamos con la noticia del fallecimiento del director estadounidense Garry Marshall. El director, curtido principalmente en la televisión, no entrará en los libros de historia, pero su nombre quedará para siempre anclado al imaginario popular por se el director de la espectacularmente exitosa "Pretty Woman".  Siendo ésta la única película de su filmografía con cierto interés, casi más desde un punto de vista sociológico (es para estudiar por qué año tras año se con su emisión bate récords de audiencia) que cinemtográfico, le bastó para ser recordado eternamente por el público que lo elevó a primera figura cinematográfica. Y que tire la primera piedra el que esté libre de no haberla visto en alguna de sus muchas emisiones. El que escribe, es - felizmente por ello - culpable. Todo esto, unido a que al parecer era un tipo majísimo, lo convirtió en un personaje tremendamente popular en Hollywood. 

Pero qué interés puede tener desde el punto de vista del montaje una película tan aparentemente plana en cuanto a dirección y aún más difícil todavía: ¿qué relación tiene la película de Garry Marshall con un director y teórico cinemtográfico soviético como Lev Kuleshov. 

Garry Marshall nació en el año 1934 y para esa fecha Kuleshov ya había realizado unas cuantas de las obras más reconocidas de la historia del cine de primera mitad del siglo XX, además de haber estado experimentando durante décadas con el montaje, cuando nadie hacía montaje. Estos experimentos, de los que el más famoso es el llamado efecto Kuleshov (super conocido por todos los jóvenes estudiosos de escuelas de cine y audiovisuales), ayudaron a conformar el montaje que hoy en día impera en la gran mayoría de la cinematografía. Y aunque hay quien defiende que sus teorías no tienen validez en la actualidad podemos estudiar como, en concreto uno de sus experimentos sirvió de base a los montadores Raja Gosnell y Priscilla Nedd para "crear" el personaje de Vivian Ward (Julia Robert) del que todos nos enamoramos en la película de Garry Marshall. 

En uno de sus experimentos más conocidos, Kuleshov se dio cuenta al fragmentar la narración en pequeños planos montados uno detrás de otros, de que podía crear una realidad no existente al ocultar la información global al espectador. Es decir, si rodaba las manos de una mujer, las piernas de otra distinta, el torso de una tercera, y el rostro de una cuarta completamente diferente, ocultaba las imágenes globales, y editaba los planos unos tras otros, podía crear cinematográficamente una mujer "perfecta" que en la vida real no existía. Como si fuera una especie de monstruo de Frankenstein de celuloide. 

Al comienzo de la película "Pretty Woman", Garry Marshall nos presenta al personaje de Julia Roberts, ocultándonos información de cómo es su globalidad y fragmenta la presentación en pequeños planos detalles antes de mostrarnos cómo es en su totalidad.







En esta fragmentación tenemos:
Plano 1 y 2: manos colocándose pulseras.
Plano 3: manos arreglando unos zapatos.
Plano 4: pie introduciéndose en un zapato.
Plano 5: maquillándose un ojo.
Plano 6, que se produce un poco más adelante: ella al completo

Pero esta "imitación" del experimento de la mujer Kuleshov, alcanza su totalidad durante un fragmento previo a la presentación que hemos comentado con anterioridad. Este es verdaderamente le primer plano del personaje de Vivian, un plano en el que se ven sus piernas, su torso y su mano apagando un despertador. Pero lo que no vemos es su cara. ¿Por qué? Pues por que en realidad no son las piernas de Julia Roberts. Son las piernas de una doble que se utilizó en las escenas íntimas en las que no se le veía la cara, dado que Roberts estaba demasiado delgada y no mostraba un cuerpo con curvas que fuera lo suficientemente atractiva en criterio de director y productores.
Pero si no tienes esta información, ¿realmente hay posibilidad de saberlo?  A no se que uno conozca perfectamente las piernas de la actriz, es imposible para el publico general saber que el personaje de Vivian tiene el rostro de Julia Roberts y las piernas de una modelo diferente. Se crea así una especia de "mujer perfecta" que en la realidad no existe, solo existe en el universo cinematográfico y en nuestra mente.

De nuevo la realidad se deconstruye y se reconstruye para crear una nueva realidad que no existe.
Esta es la verdadera magia del montaje cinematográfico que en esta ocasión uno uno de los experimentos más conocidos de los investigadores soviéticos del siglo XX, con uno de los éxitos más populares de la historia del cine de Hollywood.