¡Y sin embargo, no corta! De "Cantando bajo la lluvia" a "Los vengadores"

Valga por adelantado que "Cantando bajo la lluvia" es, junto a "El mago de Oz" y "West Side Story" (venga vale añado "The Rocky Horror Picture Show") mi musical favorito de todos los tiempos. Así que aviso, cada palabra que escriba a partir de AQUÍ estará impregnada de la maravillosa subjetividad que me proporciona amar una de las películas más queridas de la historia del cine. Valga la disculpa por adelantado. 

Una de las cosas que siempre me ha fascinado de los musicales clásicos es la genialidad de las coreografía y de los actores a la hora de llevarlas a cabo en continuo y sin cortes, como si de una obra de teatro se tratara. La cámara iba siguiendo a los actores y estos llevaban a cabo su numerito de forma casi íntegra y perfecta en largas secuencias. En realidad esta fascinación puede trasladarse a otros géneros cinematográfico como las artes marciales (otro de mis géneros predilectos) en la que los actores realizaban largúisimas coreografías de lucha sin cortes; o el western, en el que los actores y especialistas se jugaban el tipo literalmente haciendo malabarismos sobre el caballo, de nuevo sin corte de montaje. 

¿Por qué insisto tanto en la idea de que no hay corte? Pues por que para mi es la diferencia entre la realidad y el trucaje. En el musical clásico, los actores debían hacer perfectas sus coreografías al completo. En el musical actual (quizás sea más evidente en el cine actual de artes marciales o acción en general) las coreografías están tan cortadas en un torrente y chorreo de imágenes que es difícil saber si realmente los actores han aprendido la coreografía al completo o lo han hecho a trozos o ni lo uno ni lo otro. Uno no sabe si realmente el actor baila bien o es un truco de montaje. 
En cambio nadie pone en duda las dotes bailarinas de Gene Kelly, Debbie Reynolds o Donald O'Connor en "Cantando bajo la lluvia". Y precisamente sobre un famosísimo número musical protagonizado por O'Connor versa este artículo en el que se le comparará con algunas escenas de la película "Los Vengadores", que de alguna forma recupera por momentos esta idea de continuidad del cine clásico, como forma de experimentar lo sorprendente, sin necesidad de cortes. 

El número musical "Make 'Em Laugh" es una maravillosa coreografía (y canción) protagonizada por el gran Donald O'Connor. En dicha escena, enseña a Gene Kelly que el "espectáculo debe continuar" a pesar de que todo parezca destinado al fracaso. Con la canción, basada en un tema de Cole Porter y escrita por Nacio Her Brown y (el maestro) Arthur Freed, Donald hace un repaso a la historia de la comedia física basada en los golpes y caídas que resultaba tan prolífica en el teatro y el cine de principios de siglo XX. 
Podéis disfrutarlo en el siguiente enlace de Youtube: 


Pasan los años y no deja de fascinar como Donald O'Connor realiza cada uno de los golpes, saltos y caídas incluidas en la coreografía sin apenas cortes. Realiza cada una de las espectaculares secuencias atléticas como si de una obra de teatro se tratase: se cae, se golpea, se levanta, salta, da volteretas... sin cortes. Esto, hoy en día es difícil de encontrar. 

En el cine de Hollywood de hoy incluso una secuencia en la que solo hay diálogos está llena de saltos que pretenden acelerar el ritmo de la escena a base de cortes, a menudo innecesarios. Vivimos la era de la MTV y el ritmo televisivo cuyo slogan parece ser: "cuanto más rápido, mejor." 

Y encontramos de repente una pequeña isla, un oasis en medio del océano, que recupera la idea del plano secuencia como acto espectacular para narrar sin cortes una acción, en contraposición del estándar (del cual la película también hace gala) de que más cortes equivale a más ritmo. 
A veces lo espectacular del montaje es que no se corte. Así pasa en "Cantando bajo la lluvia" y así pasa en "Los Vengadores": 

En la poderosa secuencia final de lucha entre los superhéroes y las fuerzas enemigas, encontramos una idea que nos remite a "Cantando bajo la lluvia" (en realidad a cualquier película clásica con coreografía) en la que se basa la espectacularidad en que no haya cortes para que el público vea que lo que se cuenta es verdad. Okey, vale, en "Los Vengadores" solo hay pinceladas de realidad: solo en unos cuantos fotográmas se trata de los actores reales, el resto son obra de los ingenieros de CGI, pero la intención es la misma. De hecho, esta escena es celebrada por los expertos en cómics como lo más cercano a ver representado en cine las viñetas de sus obras favoritas. 

La espectacularidad reside en que, aunque nos encontramos con una increíble secuencia de acción llena de ritmo, los cortes se paralizan y encontramos una secuencia de acción basada en que no hay cortes. 
Podéis disfrutar de la escena en el siguiente enlace de Youtube:



Pero sin lugar a dudas, la escena que más puede recordar al numerito musical de "Cantando bajo la lluvia" y que recupera la idea de que no haya cortes para alcanzar la espectacularidad es la que se produce minutos antes del plano secuencia en el que se muestra a todos los superhéroes.
En esta escena, el Capitán América, interpretado por Chris Evans corre entre explosiones, escombros dando salto, reponiéndose de golpes y rodando por el suelo... y en la secuencia ¡no hay cortes! 


Como vemos la idea subterfugia de realismo mediante la supresión de los cortes une el musical clásico de Hollywood con el actual cine de super héroes. 
Pero vale, mientras Donald O'Connor tiene que hacer él mismo todas las secuencias de baile (secuencia que se según cuentan le provocaron dos semanas de cama debido a las quemaduras por roce y al cansancio acumulado) Chris "Capitán América" Evans tiene la inestimable ayuda de los efectos digitales. 

Y aunque al ver ambas películas podamos gritar ¡Espectacular: y sin embargo no corta!, tenemos que añadir: 64 años despuñes, Donald O'Connor gana al capi.  







Comentarios

  1. Make 'Em Laugh sigue siendo una de las mejores escenas de la historia del cine y lo de Donald O'Connor es prodigioso. Y parte de la genialidad de la escena consiste precisamente en haberla filmado de tal manera que los 14 cortes de montaje que tiene casi pasan desapercibidos para el ojo.

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